domingo, 19 de diciembre de 2010

Entrada en Honduras

Domingo a medio día en la frontera de El Poy: tramitar la salida del vehículo de El Salvador, sellar nuestros pasaportes, vuelta a sellar la entrada a Honduras, pasar la revisión de cuarentena para Siria, cambiar dinero de dólares a lempiras, pagar tasas por nuestra entrada, pagar la validación del vehículo…que al pasar de nuevo la cuarentena para Siria te denieguen el permiso NO TIENE PRECIO.
Los trámites nos llevaron casi tres horas, y cuando sólo faltaba ese sellito el señor aduanero decidió que la perra era un peligro para el país por faltarle unas vacunas. Le expliqué, le supliqué, le lloré, pero nada daba resultado con ese hombre de media sonrisa y entera prepotencia. Cuando llegaron los chicos la cosa empeoró, pues uno intentó el soborno, otro la amenaza, otro la burla, y el señor se iba indignando más a cada momento.
La situación rozó el absurdo cuando la policía nos confirmó que ya no podíamos regresar a El Salvador por haber sellado la salida, y que tampoco podíamos entrar a Honduras sin el permiso para Siria: ¡Atrapados en tierra de nadie!! El momento bien servía de argumento para una peli.
Y cuando nada podía ir peor el hombre de cuarentena me amenazó con que podía sacrificar a la perra si lo consideraba oportuno…y se me apagaron las luces de la cordura…y se me encendieron las llamas del odio….y entré en cólera como jamás me vi a mí misma. Tuvieron que sujetarme o le hubiera mordido en la cabeza con riesgo de contagiarle la maldita parvovirosis.
La escena era tan grotesca que, como dice la canción, sólo cabía ir mejorando y así pasó. Joan se inventó al vuelo que una de las vacunas que tenía Siria era triple, y al buscar en Google (tecnología punta de las aduanas) apareció algo que podía dar el pego, así que el señor maligno, creo yo que por no aguantar más mis insultos, decidió darnos el visto bueno y nos dejó pasar. ¡Bienvenidos a Honduras!
De Honduras 1

Hicimos noche en Santa Rosa de Copan. El pueblo era hermoso y conocimos gente allí que nos motivó para quedarnos un par de días más: un muchacho artesano y malabarista, un señor pintor con micrófono en mano que reivindicaba en la plaza del pueblo, la mamá de unos niños que nos invitaba con insistencia a quedarnos en su casa…
De Honduras 1


De allí marchamos a ver las ruinas de Copán. Espectaculares. El pueblo también es muy acogedor, y tiene las comodidades que surgen por el turismo, pero nosotros preferimos la opción de aparcar las camionetas en un terreno al ladito de las ruinas.
De Honduras 1

Con ganas de playa llegamos a la costa caribeña, y las primeras paradas fueron en Tela y La Ceiba. La costa es feita y las ciudades están demasiado pobladas, pero tienen su encanto. En la Ceiba nos rompieron un cristal del coche, pero el muchacho no fue muy espabilado y sólo se llevó mi bolsa de aseo…en fin, que disfrute mi pasta de dientes y mis gafas de 4 dioptrías.
De Honduras 1

Luego nos dirigimos hacia la comunidad garífuna de Miami (mestizos de africanos de cuando la conquista y la esclavitud, con indios de las zonas de la costa caribeña en Centroamérica), y cumplimos la misión: nos comimos un pescadito con arroz, leche de coco y tajaditas…grandes recuerdos, sobre todo de sus gentes acogedoras, dulces y de gran carácter (las mujeres garifunas son pura fuerza).
De Honduras 1

De Honduras 1

De Honduras 1

Hicimos algunas excursiones más a zonas de montaña, con cascadas, ríos, rutas, hogueritas y animación infantil de los niños de las zonas rurales, y continuamos ruta hacia el progreso.
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En la carretera que va desde el Progreso a Tegus la camioneta se paró, de nuevo.
No hubo desesperación, y nos ocupamos rápido en poner soluciones: probamos la batería, pusimos gasolina, miramos el aceite, checamos el agua…pero las opciones se iban agotando y nada daba resultado. Unos metros adelante había un hotel, y movimos la camioneta hasta allí. Comprendimos que no estaba en nuestras manos resolver la avería y pedimos permiso en el hotel para pasar la noche parqueados allí. Un muchacho nos ofreció el teléfono de su tío, que era mecánico, y quedamos en llamarle a la mañana siguinte. El señor Hugo llegó, nos ayudó a remolcar la camioneta hasta su taller y se puso manos a la obra, pero la avería no era cosa sencilla, y nos propuso pasar la noche en su garage dentro de las camionetas. La camioneta no se arregló en un día, ni en dos, ni en tres…y allí estuvimos 8 días, compartiendo con su familia y realmente conmovidos con su hospitalidad. No nos conocían de nada, y nos dejaron entrar en su casa, nos ofrecieron su comida, su tiempo y su alegría. Jugamos con sus hijos, charramos con ellos y pasamos unos días tranquilos y en familia. Fue una de las experiencias más increíbles que hemos vivido durante el viaje, y nos llevamos a casa una verdadera amistad, esperando poder devolverles algún día todo lo que hicieron por nosotros.
De Honduras 1

Y emprendimos el camino, con ansias de andar kilómetro, eufóricos de sentirnos de nuevo en la ruta y entonces….la camioneta volvió a fallar (no sé si añadir exclamaciones o lágrimas tras esta frase…)
Nos jaló un señor hasta Siguatepeque, y allí nos dejó en el taller de un mecánico que, como un dejave, nos acogió en su casa y compartió con nosotros comidas familiares, fiestas de cumpleaños, tardes muertas esperando repuestos y algunas copas de ron. Carlos y Miriam son una pareja joven, y congeniamos genial con ellos y sus dos hijos chiquitos. Lo pasamos bien aquellos días, y la depresión de tener que reparar de nuevo la camioneta se mitigó con su compañía y hospitalidad. Fue un palazo, porque tuvimos que cambiar de nuevo los pistones, pero el dinero se escapa rápido y lo que allí vivimos se viene con nosotros para siempre.
De Honduras 2

También conocimos aquellos días a Melvin, un muchacho que nos acompañó durante los diez días en Siguatepeque. ¿Qué podíamos pedir que Melvin no nos complaciera? Bares, excursiones, karaoke, salir en la tele (ahí tenéis el enlace de cuando salimos, obligados en parte, en la tele local)…pues eso, que nos hizo la estancia muy especial. Aún hoy, cuando nos cruzamos con alguien que nos echa una mano, le llamamos Melvin por la coña.
De Honduras 2

Y salimos de Siguatepeque hacia Tegus, y aún con algún susto de la camioneta tiramos p´alante, pues ya vamos conociendo el motor y vamos poniendo parches (Ferran se está convirtiendo en un gran mecánico, para cuando la crisis laboral en España nos aceche ;))

Más y mejor, en el siguiente ratito de Internet!

Besos y abrazos para tod@s!!!

Eva

viernes, 10 de diciembre de 2010

viernes, 19 de noviembre de 2010

El Salvador

En el Salvador, casi cada montaña que se dibuja en el paisaje, es un volcán.
De El Salvador

Nuestra primera parada fue en la zona de Santa Ana, en un campamento llamado “la Casa de Cristal” que se encontraba situado en las faldas de tres volcanes imponentes: el Izalco, el Santa Ana y el Llamatepeque, en Cerro Verde.
Pasamos tres días en este refugio natural, relajados, disfrutando, tocando música, leyendo, jugando a fútbol, recogiendo leña y haciendo hogueritas en la noche.
De El Salvador

De El Salvador

Llegó el momento de sacar coraje y subir al Izalco, que nos aguardó durante los tres días con la paciencia que puede llegar a tener un volcán. Y casi muero. El camino obligaba a descender primero un volcán ya extinto y repleto de vegetación, para alcanzar las faldas del Izalco y comenzar la subida, difícil, hostil y por negras piedras volcánicas y ceniza. Hace tan sólo 50 años que entró en erupción, y el suelo aún emanaba vapores y muuucho calor.
De El Salvador

A mitad de subida empecé a marearme y a no poder más, pero debía aguantar aunque los pulmones me impedían respirar y el almuerzo me pedía a gritos ser expulsado de mí.
Pero la cima…que mirador, el mundo a nuestros pies, el vapor de agua con azufre nos sirvió de sauna, y no dudamos relajarnos en ella.
De El Salvador

Los únicos restos de vida allá arriba eran las langostas, de color rojizo y casi un palmo de tamaño.
Lo infrahumano fue el regreso, bajar el volcán fue casi más duro que subirlo y en el volcán-bosque creía que me explotaba una vena de la cabeza. Sólo pude pasar la hora y media de subida concentrado en la respiración, los pasos, sacando esa energía interior que sólo sale cuando llegas al límite. Pero llegamos, muertos, pero por mi parte orgulloso y con la satisfacción de haber estado allí y de haber conseguido algo de lo que me sentía incapaz.
De El Salvador

Vistamos algún lago y otras zonas naturales espectaculares, pero todo lo bueno se acaba y terminamos por llegar a San Salvador, porque Eva quería pasar a conocer la sede de ACPP allí, saludar a los compañeros, y tal vez poder visitar alguno de los proyectos con las contrapartes de Asamblea, pero el día que pasamos allí fue una locura de tráfico, de pérdidas por la ciudad, de avisos sobre la peligrosidad, y terminamos por convencerla de que no era buena idea quedarnos allí hasta el lunes que pudiera localizar a sus compañeros de curro en la oficina. Exe, uno de los muchachos argentinos que nos acompañaba aprovechó para coger allí un bus y avanzar hasta Costa Rica, y allí volveremos a encontrarle.

También visitamos “La Joya de Ceren” (mención especial a Ceren, una amiga de Eva), uno de los lugares arqueológicos mesoamericanos más importantes, pues permite conocer la vida de un pueblo agrícola maya de hace 1400 años, que se encontraba sepultado por las cenizas de una erupción volcánica, y gracias a esto se ha mantenido casi intacta y se ha podido descubrir cómo era la vida cotidiana de sus pobladores.
De El Salvador

La estancia en el Salvador fue corta, ya que las cosas ahora se deciden en consenso y andamos 6 personas, pero también fue intenso. Quedó tanto por ver, que sin duda deberemos regresar. Hasta pronto!!!
De El Salvador

SOS SAHARA y vídeo de Guatemala



Como sabréis, recientemente el ejército de Marruecos desmanteló violentamente el campamento saharaui de protesta de Agdaym Izik. Muchas de las personas que permanecían allí han huido por el desierto y la mayoría han vuelto a la ciudad de El Aaiún.

La población saharaui está siendo perseguida por cuadrillas de colonos armados y agitados por el gobierno marroquí y el ejército de ocupación. Estamos lanzando una acción de presión al Parlamento Europeo para que se haga cargo de la responsabilidad que le corresponde y se posicione, intentando de este modo que se detenga la violación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental.

La acción consiste en el envío de una carta a los/las europarlamentaria/s mediante la difusión de un formulario muy sencillo, que se puede integrar fácilmente en cualquier web o blog, y que permite el envío de un correo por persona, pudiendo seleccionar tu propia lengua materna: http://www.sahararights.net/

Para participar en la acción hay que hacer 2 cosas:

1.) Mandar tu propio correo personal pidiendo a los/las representantes de tu país en el europarlamento que actúen.

2.) Difundir el formulario en prensa y en otros blogs y páginas web. Cuanto más se replique mas gente podrá verlo y participar.

El objetivo de la acción es que cada persona envíe un correo personal, no "copiando y pegando" textos, sino con sus propias palabras (mucho más efectivo que recibir el mismo texto 100 veces). Si multiplicamos eso por el número de europarlamentarias/os de cada país serán cientos de miles los correos que reciban. Entendemos que ante esta presión popular y mediática, el Europarlamento deberá actuar y contribuir a parar la represión.

Ayúdanos a parar esta barbarie. Rellena el formulario, ponlo en tu web, en tu blog y difúndelo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Cruzando Guatemala en compañía



Pues eso, llegamos a la Antigua, y de esa peculiar camioneta-casa, salió un peculiar personaje con rastas amarillas y alegría en el cuerpo llamado Joan. Nos presentó a otro par de personajes argentinos que había recogido por el camino, Exe y Nahuan, y nos invitaron a cenar uno de los manjares que prepara Joan, que por cierto es chef. También nos presentaron a Verena y a su hijo Juny, que son una chica alemana que viaja por América desde hace un chingo de años y su hijo que tiene dos años y ya nació aquí. Y entre la cena, un ratito que me saqué la guitarra, una escapadita que hicimos a tocar timbales y alguna salida nocturna, decidimos hacer parte del viaje juntos.
De Guatemala 2

En la Antigua fuimos la alegría del hostel, un lugar con habitaciones, cocina, ducha y una gran terraza en el último piso desde la que se ve el volcán de la ciudad en primer plano, todo un lujo por un euro y medio al día entre los dos, ya que hicimos un pacto con el dueño para poder utilizar las instalaciones y dormir fuera en la camioneta, en una de las calles principales de la ciudad.

Invitábamos al resto del Hostel a cenar con lo que cocinábamos comprado en el mercado, tocábamos luego un ratito y todo el mundo feliz… esto nos llevó a quedarnos todos unos días más de la cuenta y encima reclutar mas gente a la banda; estos fueron Quique, un chico de Madrid y Janes, un Italiano. También nos acompañó Cristo, un chico guatemalteco.
De Guatemala 2

Entre estos días también conocimos a Jorge (El Peludo), un Guatemalteco de Jocotenango, hippie veterano fan de las camionetas Volkswagen que nos propuso enseñarnos de mecánica de paso que poníamos a punto la Konrad y le hacíamos la revisión. Qué hombre más grande!!! Nos divertimos, aprendimos y dejamos la camioneta como nueva (ahora que ha pasado más tiempo desde que escribimos esta entrada, la cosa ha sido que Jorge tenía el corazón más grande que los conocimientos de mecánica…)
De Guatemala 2

Así que todos juntos nos dirigimos de nuevo hacia el Lago Atitlán, a visitar San Pedro, Santa Catarina y Santiago Atitlán. Fue un suplicio para las camionetas subir y bajar esas montañas para llegar al lago; los frenos de ambas camionetas olían a quemado y casi no respondían, pero bueno, haciendo paradas se llega a todas partes, y para hacer 20 Km tardamos así como una hora y media.
De Guatemala - Lago Atitlán y sus pueblos



Por estos pueblos hicimos varias excursiones andando y en lancha, conocimos muchísima buena gente y estuvimos agustísimo disfrutando de sus gentes, de la naturaleza, saliendo de juerga y preparando cenas en locales ajenos.
De Guatemala - Lago Atitlán y sus pueblos

De Guatemala - Lago Atitlán y sus pueblos


De Guatemala - Lago Atitlán y sus pueblos

Volvimos a la Antigua para resolver cosas pendientes y nos volvió a atrapar; lo que iba a ser un día o dos se convirtió en una semana más:
Tuvimos que llevar a Exe al hospital; llevaba una picada en la pierna y tenía el sentimiento de que no estaba sólo, que había una vida ajena en su interior sin estar embarazado… y así era, no se estaba equivocando, en el interior de una picada en forma de pequeño volcán había crecido Pedrito, un gusano que asomaba la cabecita de cuando en cuando para saludar. En el hospital fue un espectáculo para todos, enfermeras, pacientes, acompañantes y Eva riéndose, saludando a Pedrito y filmando aquel ser.

Entre tanto seguían las clases de mecánica, quitamos las ruedas, los frenos, el filtro de la gasolina, la bobina, los tiempos, el distribuidor… Joan también le hizo algunas cosas a su camioneta, ya que volviendo de nuevo hacia la Antigua se reventó una rueda con un bordillo, tuvo que andar varios kilómetros con la llanta hasta que llegó a un pinchazo (así se llaman aquí los lugares donde te arreglan la rueda); no hubo más problema que eso, excepto a la hora de pagar, entre los tres que viajaban en la camioneta no llevaban nada de dinero, pues volvíamos de Chichicastenango,
De Guatemala 2

un pueblo donde montan el mercado más grande de Guatemala y habían gastado todo el efectivo en artesanías, así que hubo que pagar al don con ropa, juguetes e instrumentos que había en la camioneta.

Nos invitaron a una fiesta para celebrar la luna llena que se hizo en la montaña, en casa de unos hippies, y allá que fuimos con Aida, Mara y Daniel, buena gente guatemalteca que conocimos días antes, y que nos acogieron en su casa, nos dieron de cenar, nos aguantaron en largas sobremesas y la verdad, nos trataron como de la familia. En la fiesta hubo unas 100 personas, conciertos, comida, bebida, hogueras junto a las que sentarse y poder tocar, un cielo despejado y como protagonista una inmensa y lindísima luna llena. Valió la pena el duro camino hasta llegar, pues el suelo era pedregoso y la pequeña Konrad cargó con 7 personas.

A la mañana siguiente, con la correspondiente resaca, emprendimos camino hacia El Sur.
La ruta nos obligaba a pasar por Ciudad de Guatemala y las perspectivas no eran buenas ya antes de que notáramos un ruido en la rueda delantera. Pensamos que era un pinchazo, así que nos arrimamos a un lado de la carretera (una de las arterias de la ciudad y zona no muy agradable), pero la rueda se había salido del eje y estaba aguantando el peso de la camioneta “por un pelo” después de haber perdido los tornillos (Jorge no era tan buen mecánico como persona ¿os acordáis?). Pálidos y despacito bajaron Quique y Eva de la camioneta a observar el desastre; pusimos una manta en el suelo a modo de triángulo (por cierto, un señor intentó robarnos la manta…) Eva se dio un paseo en busca de un mecánico, pero como las cosas nunca vienen solas, era Domingo y todo estaba cerrado. Pronto llegaron la camioneta de Joan, la policía, la grua y hasta Cristo (el chico que conocimos en La Antigua) que nos sirvió para poder decir por fin “Cristo me guía” ya que es de ciudad de Guatemala.
Como dejar la camioneta en la calle no era muy aconsejable, decimos llevarla hasta una zona tranquila en la que vivía Claudia, una amiga de Exe, que nos acogió en su casa un par de noches y nos ayudó en todo.
Para sustituir la rueda pusimos un gran tronco, y desde entonces la camioneta tiene un nuevo apodo: “el troncomóvil”.
La odisea de encontrar un mecánico el lunes fue dura, pues nos llevó a tres talleres: en la VW nos dijeron –“fíjese que nosotros somos muy tranquilos y tardaremos mucho, así que mejor vaya a otro sitio” ; en el taller nº2 el señor quería hacer una pieza nueva y nos pronosticó cuatro o cinco días, y por fin llegamos a otro taller, rápido, eficaz, barato…un ángel del cielo que terminó la faena guiándonos en coche por Guatemala hasta casa de Claudia, porque la vuelta era larga y complicada ¡Qué grandes personas puedes encontrar aquí! No recuerdo su nombre pero le estaremos eternamente agradecidos.

Y al día siguiente, por fin, pisamos El Salvador…

(vamos tan atrasados con las entradas que ya estamos en Honduras, pero no os vamos a contar nada hasta nuestro próximo encuentro ;) )

Besos para tod@s, y aunque no lleguemos a tiempo de responderos, os leemos siempre y nos encanta tener un huequito en vuestros ratos libres de ordenador!!!
De Guatemala - Lago Atitlán y sus pueblos

lunes, 18 de octubre de 2010

No son ojos porque los ves, son ojos porque te miran - Guatemala

… Y cruzamos la frontera, acojonaos, yo por lo menos, pero la pasamos; aun limpios de pecado, eso de estar rodeados de policías y militares no lo llevo nada bien, me asusto tanto que pongo cara de sospechoso. Pero nada, nos fumigaron un poco la camioneta, hicimos unos cuantos papeleos, cambiamos los pesos por quetzales y adelante; nos lo pusieron muy fácil en todo momento.
De Guatemala

Nuestra primera impresión del país no fue muy buena, ya que lo primero que teníamos que conseguir era un seguro para la furgo y nos metimos de cabeza en la primera ciudad que había de camino (a unas dos horas de la frontera), Huehuetenango…un hormiguero de gente y polución, conductores y peatones camicaces. Casi atropellamos a unos locos en moto y de milagro no nos atropellan a nosotros. Los autobuses públicos, muy peculiares por sus extravagantes pegatinas, formas y colores, expulsaban por su tubo de escape un humo negro infernal que te hacían perderlos de vista cual pulpo expulsando su tinta, y te aturden y te impiden respirar. Lo peor de todo esto fue cuando vimos como una camioneta atropellaba sin compasión a un pobre perro a no más de diez kilómetros por hora; nos quedamos de piedra, tristes y rabiosos a la vez, yo no pude evitar gritarle algún duro insulto, y la pobre Eva, llorando, hasta casi vomitó al ver la escena.
De Guatemala

Viajamos otras dos horas hasta Quetzaltenango, para que nos hiciesen una revisión al coche y cerrar el trato, y al final resultó volver a hacer exactamente los mismos trámites que ya habíamos hecho en las otras dos sucursales, pero bien, ahora ya tenemos un seguro.

Salimos de allí en el mismo momento en que tuvimos los papeles y nos dirigimos hacia el lago Atitlán pero con la idea de hacer noche en cualquier lugar por el camino antes del anochecer, y tras una gran azaña de cruzar por carreteras derrumbadas, socavones como piscinas y tener que ir detrás de camiones pulpo, nos encontramos de pura casualidad con un albergue en plena naturaleza en el corazón de un bosque increíble de pinos que llegaban hasta las nubes, frescor invernal que tanto echábamos de menos y niños por todas partes que venían de excursión, les daban lecciones sobre ecologismo, jugaban con piñatas y comían al aire libre, pero luego lo llenaban todo de basura, se subían en un autobús pulpo… y para casa; quizás uno de los mejores ejemplos de la contradicción de este país.
El albergue era parte de un proyecto comunitario de una población maya K’iché, que promovía la participación y el aprovechamiento de los recursos naturales, siendo una alternativa a la deforestación que sufre la zona, así que decidimos quedarnos un par de días para conocer esta experiencia de trabajo y disfrutarla, hacer excursiones por las majestuosas montañas y ver como Siria se volvía loca buscando ardillas y extraños animales que sólo ella puede ver.
De Guatemala

El chico que se encargaba del mantenimiento, simpatiquísimo, atento, siempre con una sonrisa en la boca, se transformaba por la noche… y deambulaba por las instalaciones con un enorme perro y un fusil de dos cañones…
Y ya el domingo, tras ver una peculiar misa que hacía allí la gente del pueblo en mitad de la naturaleza con un grupo de música que desentonaba como una gallina en celo, salimos con la alegría de los que se van a ver uno de los lagos mas maravillosos del mundo rodeado de volcanes.
De Guatemala

Atitlan, un enorme lago, tanto que cuando empiezas a verlo desde la carretera da la impresión de que estás en el mar. Sobresalen de los bordes de sus costas tres enormes volcanes y por el resto de su espacio se extiende la selva.
De Guatemala

Pasamos unos días en Panajachel, que se encuentra a los pies del lago, y después de más de tres meses alquilamos nuestra primera habitación con sofá y cocina … mmmm …hogar dulce hogar. No es que seamos muy esmerados cocinando, pero un guisadito y unos espaguetis siempre se agradecen.
De Guatemala

Nos colamos en la reserva Atitlán, zona de densa selva y animales, y como siempre vedada para Siria (que no haría daño ni a una mosca…), así que nos perdimos apropósito por un costado sin indicaciones y nos sumergimos en la ruta. Lo absurdo fue que empezamos el camino por el final y nos perdimos la zona en la que habitan los monos aulladores…tendremos que conocerlos en otro momento.
De Guatemala

Y dejando aparcados el resto de pueblos de la zona, que vimos una semana después, nos dirigimos a La Antigua Guatemala, una de esas ciudades “burbuja”, como Malinalco o San Cristóbal de las Casa; son ciudades en las que se crea un ambiente un tanto especial debido al tránsito de viajeros, y a que se ha convertido en residencia de gentes de todo el mundo, que aportan su granito cultural a este cóctel de caras, músicas y sabores.
Aparcados en un hostal nos topamos con una furgo-casa que tenía una pegatina de Catalunya, y me puse a espiar el interior. Se llevó una sorpresa el muchacho que salió y me vio allí, agachada y con el morro pegado a su cristal, pero desde entonces andamos viajando con él, dos chicos argentinos y una chica alemana con su hijo… esto es una gran familia!! Andaremos un tiempito con ellos, hasta que los caminos se separen, pero la ruta ha continuado una semanita más, y esto os lo dejamos para la próxima entrada.
De Guatemala

Besos y abrazos para tod@s, y una disculpita por el retraso en escribir…

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sudeste de Chiapas y Península de Yucatán

Hace ya algunas semanas de aquello, pero intentaré hacer una regresión…




A través de colinas de selva densa y húmeda aparecimos en la zona de Palenque. Recogimos a unos muchachos que nos acompañaron a la espectacular cascada de Misol-Ha y nos aconsejaron un camping donde pasamos tres noches, en la zona del Panchán. Música jarocha, buena comida, paseos por la tupida selva y buenos amigos tabasqueños que nos ofrecieron su tiempo, sus consejos e incluso su casa si hubiéramos llegado hasta Tabasco (jamás fuimos, por no toparnos con las inundaciones que han dejado tantísimos desastres y desplazados en este estado y la vecina Veracruz durante las últimas semanas).
Hicimos la obligada visita a las ruinas de Palenque, que fueron las más fascinantes que hemos visto hasta ahora, por sus elevados templos y por el paisaje selvático que las envuelve y en ocasiones las mantiene escondidas.
De E. Chiapas (México)

Vimos serpientes, tarántulas, sapos, felinos, aves y una especie de osito hormiguero, paseando ajenos al mundo que crece a su alrededor.
De ahí partimos hacia la Península de Yucatán.
Unos días en Campeche, ciudad que recuerda con nostalgia los tiempos de piratas saqueadores, y Ferran feliz de estar entre tocayos.
Con ellos (que nada tenían de parecido con el rey…por eso de que es tan campechano ;) ) celebramos la noche del bicentenario. Ha sido increíble la implicación de los mexicanos en esta fiesta; creo que ahora sé más de historia de la revolución y la independencia de México que sobre España).
Hicimos también una hermosa ruta por la zona de Cuzamá, visitando tres cenotes espectaculares.
De Península Yucatán (México)

El camino lo hicimos en un carro tirado por un caballo y con Siria al galope detrás de nosotros. Se cansó, pero disfruto seguro.
Continuamos nuestra formación para arqueólogos visitando Chichén Itzá. Nombrada una de las maravillas del mundo, no nos decepcionó. Charramos con un anciano historiador que nos platicó sobre la ignorancia acerca de esta cultura, sobre las mentiras pactadas entre gobiernos para mantener el misterio y autenticidad de los mayas, y nos mostró figuras y señales de las culturas china, egipcia y otras, que tal vez estuvieron antes que los españoles, y dejaron su legado en estas tierras. Puede sonar a paranoia conspiratoria, pero nos dejó con la duda…
Y tocamos la tierra paradisíaca del mar caribe. Un par de noches en Tulum, con arena blanca, mar jade templado, hamacas al borde del agua y soledad para disfrutar de este paraíso. Sólo un problema que oscureció mi paz y mi trasero: miles de mosquitos!!! Al atardecer tenía que ocultarme, cual presa indefensa, pobre de mí!
De Península Yucatán (México)

De Península Yucatán (México)

Caminamos por la reserva de SianKan, pero los animales que allí vivían no se dejaban ver, y el paseo duró poco por fatigoso y algo aburrido. Cambiamos la ruta por visitar una reserva ecológica en Akumal, y pudimos hacer snorkel y nadar entre peces, rayas y tortugas gigantes: fue maravilloso!!!
Otra pareja de viajeros nos acompañó hasta Chetumal, y quedamos en vernos tal vez en Belice pero…no podrá ser. Tras una odisea cruzamos la frontera con pena y entramos en suelo beliceño, pero la policía aduanera tenía ganas de un sueldo extra y nos pidieron 100 dólares por “arreglar” los papales de Siria (que siempre estuvieron en orden). Regateamos y llegamos a 80, pero la situación nos dejó tan mal sabor de boca, por lo injusto y corrupto del hecho, que decidimos regresar con nuestros cuates, y visitar el sureste de Chiapas para entrar a Guatemala por la frontera de Comitan, y en esas andamos ahorita.
Eva

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Llegamos a Chiapas

Cuando empezábamos este viaje y mi madre nos vio con esta camioneta y la barba dijo: “ahora parecéis los talibanes, pero dentro de un tiempo pareceréis los Picapiedra…”, mamá, no sé como lo haces para tener siempre razón!!

Salimos de Hierve el Agua, cogimos la carretera libre (no pago) que va de Oaxaca a Tehuantepec para ya ir dirigiéndonos a Chiapas, pero tras varias horas de camino de curvas, esquivando desprendimientos y lloviendo a cántaros, justo cuando ya sólo nos quedaba una horita para llegar y la tarde se iba cerrando… pam!! La camioneta se niega a seguir cual burro tozudo agotado. La parte buena era que se paró al lado de un tenderete que vendían refrescos y cosas así y no tuvimos que estacionar en mitad de la carretera, pero la parte mala era que no había cobertura ni teléfono en 4 km a la redonda.

La cuestión primeriza era si nos poníamos manos a la obra en ese momento a punto de caer la noche o si dormíamos allí mismo y al día siguiente con el sol de la mañana solucionar el problema.

Al final nos decidimos por la primera opción, la historia era pedir a alguien que me acercase al siguiente pueblo para poder llamar a la grua mientras Eva y Siria esperaban en la camioneta junto al “bar”.
Y así fue, cuando llegué Eva estaba muy preocupada porque tardé más de una hora en volver, pero como ya sabéis… las cosas de palacio van despacio.

Allí estábamos, en la oscuridad esperando a que llegase nuestra salvadora en cualquier momento, bajo la lluvia. Y pasó una hora, y dos, y tres, y cinco, y nos echamos a dormir pensando que se habían olvidado de nosotros, o que la carretera que había quedado inaccesible o a saber qué. Pero sobre las 4 de la madrugada escuché un claxon que me despertó sobresaltadamente, eran ellos, los de la grua, al fin.
Bueno, y para no hacer la historia más larga os diré que hasta las 7 ó las 8 de la mañana no llegamos a la puerta de un mecánico a causa de las fuertes lluvias e inundaciones, empapados como si nos hubiéramos metido debajo de una ducha a causa de las diversas paradas para ver si era buen sitio para dejar el carro. Un dato curioso de todo esto es que vinieron dos “cuates” a recogernos con la grua, Eva y yo fuimos con uno de los dos dentro de la cabina, con la calefacción a tope y un olor, un olor…! Y el otro iba en el hueco que hay entre la cabina de la grua y la camioneta, al aire libre, con lo que llovía, y para recolmo, iba durmiendo como un angelito.

Al final todo fue bien, la furgo reparada rapidamente a la mañana siguiente y barato, pasamos noche allí en Tehuantepec y salimos hacia Chiapas, una tierra selvática en su mayor parte, tremendamente húmeda, la mayor parte de su población indígena y tremendamente entregada a la lucha zapatista,
De E. Chiapas (México)

atravesando el Itsmo de Tehuantepec llegamos a Arriaga, un pequeño pueblo perdido dónde sólo nos dio tiempo a comernos un delicioso pollo en el minigarito de una señora indígena con la que estuvimos platicando varias horas, tras esto, escondimos la camioneta en cualquier rincón y nos pusimos a dormir.



Madrugamos muchísimo y nos fuimos hacia Chiapa de Corzo,
De E. Chiapas (México)

una preciosa y tranquila ciudad colonial a la vera del Cañón del Sumidero, para mí, impresionante, de los mejores lugares que he conocido en toda mi vida. Un paseo de tres horas en lancha por el río del cañón, con abismos de casi mil metros, cocodrilos, todo tipo de aves y con una profundidad de agua de 256 metros en su parte más profunda. Aunque también en esas tres horas pudimos ver lo más espantoso que hemos visto jamás; en un punto del río, a causa de las lluvias estaba acumulada toda la basura de los alrededores, el trayecto se convirtió por unos minutos en un río de pura basura, ramas, lodo y animales muertos, en el video y las fotos podéis verlo… lo que nosotros hemos bautizado como “El río del futuro”.
De E. Chiapas (México)


Siguiente parada San Cristóbal de las Casas, perfecta ciudad para descansar, relajarse, comer bien, ver cultura que desborda entre sus calles. Una ciudad bohemia y tranquila en la que puedas encontrar gente de cualquier punto del planeta, ver conciertos de música gratis, ir al teatro, etc, etc, etc.
De E. Chiapas (México)

En San Cristóbal pude por fin aprender lo que significa ser bohemio: ser una especie hippie pero teniendo mucho dinero, frecuentar lugares selectos y culturetas que los demás no se pueden permitir. Es casi imprescindible llevar a cuestas, aunque vayas al supermercado, algún tipo de instrumento musical o también puede valer un libro suficientemente gordo.

Siria lo pasó especialmente bien porque en el hotel donde nos alojábamos hizo una amiga niña de unos 10 años que jugaba a la pelota y al escondite las 24 horas con ella. Y nosotros conocimos un cubano que había conseguido escapar de Cuba que nos contó con pelos y señales cómo ocurren las cosas por allí, la verdad, se nos quitaron las ganas de visitar tal dictadura tan radical y cruel. Aún así el pueblo cubano tiene una relación amor-odio con Fidel por mantener a raya sus relaciones con Norteamérica.

Durante estos días tuvimos ocasión de visitar San Juan Chamula, un pueblito indígena en el que los indios aún llevan sus vestidos tradicionales y siguen conservando algunas de sus costumbres ancestrales.
De E. Chiapas (México)

Y así seguimos dando guerra por estas tierras, echándoos de menos familia y amigos cada día más, aguantando el calor, la humedad, la lluvia y las cabronadas que nos pasan, pero al final todo vale la pena con tal de seguir conociendo este mundo un poquito más.

Para la siguiente entrada os hablaremos de la selva, de su inmensidad, su humedad, sus animales e insectos como animales y de las picaduras por todo el cuerpo.

Nos vemos pronto.

Ferran.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Estado de Oaxaca



A pesar de que viajando vamos abriendo los ojos y el corazón, y de que “no hay camino sino estelas en el mar”, nos dejamos llevar por el ansia y la prisa aprendidas en nuestros años de vida, y se quedaron por el camino mil rincones que visitar, rostros que apreciar, parajes que observar, comidas que degustar y gentes que conocer.
Hacia el sur, rumbo hacia el sur y con destino en la ciudad de Oaxaca. Aún así valió la pena. Rodeada por cadenas montañosas, parece haberse protegido de la modernidad y el urbanismo agresivo, y conserva un centro colonial tranquilo y tradiciones indígenas fascinantes.
De Estado de Oaxaca

Pudimos andar por sus calles, comer sus chocolates y disfrutar de unos tequilas y rompopes a la salud de un señor que nos contó historias de chamanes, de políticos y de otros seres paranormales. También hicimos nuestra primera compra del viaje, y de las que seguro será de las más aprovechadas: una maravillosa hamaca que conseguimos en la cooperativa “Mujeres Artesanas de las Regiones de Oaxaca”, que reúne el trabajo de mujeres indígenas de 15 lenguas nativas distintas que producen y comercializan sus trabajos.

También anduvimos por el Museo de las Culturas de Santo Domingo, dicen que uno de los mejores de México, haciendo un recorrido desde la época prehispánica hasta la actualidad. Conocimos aspectos de la artesanía, la medicina, la música, etc, de las culturas mesoamericanas, virreinales y amerindias contemporáneas.
De Estado de Oaxaca

Es mucha la pobreza, pero pesa más el conocimiento, la riqueza cultural y la fuerza reivindicativa de este estado. Pudimos observar la lucha de las mujeres indígenas triquis que demandan la propiedad de tierras y el fin de la impunidad del gobierno ante los saqueos que sufren; andamos entre la basura que ya no aceptan los pueblos que acogen el vertedero, pues el gobierno no cumple sus pactos de sostenibilidad y tratamiento de los residuos; y supimos de las continuas protestas del profesorado para exigir mejoras laborales. Ejemplos estos, sin duda, de un pueblo que exige, que lucha, que está vivo y se implica en las mejoras de sus comunidades…aquí sin duda hay muuucho que aprender y exportar.

Cerca de Oaxaca se encuentra el árbol de Tule, un ahuehuete de más de 1500 años que tal vez sea el más grande del mundo. Fue fascinante imaginarlo a través del paso del tiempo, observando a los hombres progresar, degenerar, guerrear o simplemente pasear, mientras él sigue inmóvil e inmutable.

Y saltándonos la recomendación de visitar la Sierra Norte, con sus pueblos mancomunados y sus proyectos de ecoturismo y de cooperativas agrícolas, terminamos en un lugar no menos especial: Hierve el agua.
De Estado de Oaxaca

Tras una hora de carretera sin asfaltar y serpenteando por las montañas, llegamos a este pueblo zapoteca con unas vistas increíbles y un atractivo especial: unas filtraciones de agua sulfurosa que habían formado unas piscinas naturales en la montaña y unas cascadas de agua petrificada. Reconozco que no nos bañamos por frioleros, y queda en tarea pendiente regresar.
De Estado de Oaxaca


Ahora nuestras huellas siguen por las sendas de Chiapas, pero eso será en otra entrada…

-eva-

De Estado de Oaxaca